¿Os gustan las historias medievales? A una hora y media en coche de Londres, a orillas del río Avon, tenemos una de las excursiones más interesantes de Inglaterra. Se trata del castillo de Warwick, una fortaleza que conserva los elementos arquitectónicos más habituales del período: no le falta foso, catapulta y llamativas torres.
El castillo, que ha sufrido numerosas reformas a lo largo de su historia, tiene su origen en un fuerte construido en el año 914 como defensa contra los vikingos. Desde entonces fue aumentando sus emplazamientos y ha sufrido ataques, asedios e incluso un gran incendio en el siglo XIX. Guillermo el Conquistador fue su primer propietario y Henry de Beamot el primer conde de Warwick. En 1978 pasó a ser residencia privada de los descendientes de los condes de Warwick, para pasar a manos del Grupo Tussauds , la empresa que lo gestiona turísticamente, y que invierte gran parte de sus ganancias en la conservación, hecho que lo convierte en el castillo medieval mejor conservado y más importante de Inglaterra.
Lo curioso de este castillo es que su ambientación lo convierte en un un parque temático pero en una construcción con mil años de historia. Warwick tiene una animada agenda: además de la importancia arquitectónica para la mayoría, se ha convertido en una visita muy divertida para los más pequeños: se suele ambientar con espectáculos, exhibiciones de rapaces, justas de caballeros y trabajadores disfrazados que hacen todo el recinto mucho más espectacular, especialmente en fechas como la cercana fiesta de Halloween, muy celebrada en Inglaterra.
Para llegar al castillo desde Londres, se puede ir en autobús desde la estación de Marybone, donde salen destino a la localidad.
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